Sobre los avances en las mesas de diálogo conversamos con monseñor Luis Cabrera, presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, organización que actúa como mediadora entre el Gobierno y el movimiento indígena. "Deberíamos cerrar las mesas el 13 de octubre, ha habido complejidad en algunos temas que no ha permitido cumplir con los tiempos determinados”, explicó.
Con la firma del acta de acuerdos hay un cambio radical en la manera en la que se tratan los temas, dijo Cabrera. "Se ha hablado de toma de decisiones conjuntas entre las partes, en este contexto hacemos un llamado a la cordura y a la responsabilidad”, comentó.
Sobre los hechos acontecidos en junio, señala que será la Fiscalía la que determine si hubo delitos o no; pero más allá de aquello reconoce la importancia de las mesas. “El simple hecho de dialogar es un avance para el país”, sostiene. Espera que, con el tiempo, tras estos encuentros, lleguen mejores tiempos para el país.
“Mantener mesas permanentes de diálogo permitirá romper con la cadena de que, cuando un político llega al poder, se desconecta del pueblo”, propone. "Deben bajarse del pedestal, enlodarse y caminar con el pueblo… Debemos pensar en el bien común, no solo en intereses personales", advierte. Para Cabrera es importante evidenciar el “camuflaje” de intereses políticos.
Plantea trabajar en un modelo económico. “Tenemos un patrimonio enorme con el cual se puede trabajar en beneficio de todos”, sugiere. Destacó la riqueza que tiene el país en materia gastronómica, también la que otorgan las diferentes cosmovisiones pese a vivir en un mismo territorio.
Para Monseñor, el ejercicio de la democracia pasa por un adecuado diálogo. “Es importante sabernos escuchar y colocarnos en el lugar del otro. “Saber dialogar es un desafío porque nos obliga a dar lo mejor”; sin embargo, la amenaza de violencia está latente y exhortó a no caer en estas situaciones que no conducen a nada seguro.
En temas medioambientales afirmó: "Se habla de contaminación y explotación, es motivo de reflexión, debemos ver los efectos del calentamiento, sequía, explotación, uso exagerado de los bienes de la tierra".
"Esta anhelada paz o sociedad justa donde los derechos son respetados tiene un camino, debemos intentar el diálogo, dimos un grano de arena para que esto sea posible, debemos pasar del mundo amigo-enemigo al de compañero, compartimos el mismo horizonte y tierra, debemos ser compañeros de viaje", dijo finalmente.